Transformaciones del Territorio por Implantación de Invernaderos en LA ALPUJARRA | |
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Si bien hace tiempo que nos impresionaron las imágenes del los invernaderos de El Ejido (la mayor obra humana visible desde el espacio exterior), su propagación se ha extendido ya por media costa granadina (Las sierras litorales de La Contraviesa y Lújar) hasta la Vega de Motril, que ha sucumbido a sus "encantos" y dentro de pocos aņos estará totalmente plastificada. El salto a la provincia de Málaga se ha producido en Maro y arraiga en Nerja, Torrox , Torre del Mar,..., y avanza. Hacia oriente también se propaga con enorme éxito. Desde Almería Capital sube por todo el Río Andaráx y se extiende hasta el Alquián. El Parque Natural Cabo de Gato está perdiendo su batalla a favor de los plásticos, que se irradian con bastante eficacia y velocidad desde Campohermoso, arrinconando el espacio protegido en la banda costera, que es nuevamente colonizada en Mojácar, Garrucha, Vera e invade el Río Almanzora. Es evidente que la razón por la que este "efecto invernadero" se ha producido es por los altos beneficios que genera su actividad. Ello ha provocado el mayor y más rápido incremento del nivel de ingresos que ha experimentado comunidad alguna. De un territorio históricamente paupérrimo y desfavorecido se ha pasado a las más altas rentas per cápita de la nación en cuestión de 20 aņos. Sin embargo hace tiempo que se detectaron los efectos "colaterales" serios que producía esta actividad, sobre todo los relacionados con el Medio Ambiente ("Impacto de la Agricultura de Invernadero en la Costa de Granada". Fernando Alcalde. Ayuntamiento de Motril. 2000), la Salud de las Personas ("Salud e Invernaderos", Nicolás Olea. Universidad de Granada. 2000) y la Situación Social ("El Ejido. Tierra sin Ley". Comité Europeo de Defensa de los Refugiados e Inmigrantes.2000). El listado de normativas imcumplidas por estas actuaciones es muy extenso, y las responsabilidades de los supuestos agricultores y de las distintas administraciones alcanzan carácter penal al existir una serie de agravantes ligados a los riesgos inducidos por estas transformaciones, que en la mayoría de los casos no poseen ninguno de los permisos necesarios. Los hechos se encuentran denunciados ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, así como ante el Defensor del Pueblo Andaluz, y en ambos casos han sido admitidos a trámite.
Granada, febrero 2002 |